Ordenar un frigorífico cuando está medio vacío es fácil, pero cuando hay que guardar la compra semanal junto con los tuppers ya cocinados y botellas, la tarea es algo más complicada. Primero, porque a veces la compra es considerable y el espacio reducido, y segundo, porque quizás no tengas del todo claro en qué estante almacenar todo. Así, los días pasan y en la nevera comienza a reinar el caos, hasta el punto de olvidar alimentos que acaban caducando.

Cuando en la familia hay varios miembros y abren la nevera varias veces, mantener la organización puede ser complicado, aunque no imposible. Lo principal es tener en cuenta que la temperatura óptima debe estar entre los 2º y los 4º y, aunque es una temperatura bastante uniforme, la parte más fría será aquella que se encuentre más cerca del congelador. Aquí, por lo tanto, deberán almacenarse los productos frescos. Para tener todo localizado y ocupar el menor espacio posible te recomendamos guardar los alimentos de la siguiente manera:

• Primer estante (arriba). Quesos curados, pasteles y repostería, alimentos ahumados, alimentos cocinados y conservas.
• Estantes centrales. Productos lácteos, cremas y embutidos.
• Último estante (abajo). Alimentos en descongelación y también carnes y pescados si no existe un cajón específico para ello.
• Cajones. Frutas, verduras y en el caso de un segundo cajón carnes y pescados frescos.
• Puerta (arriba). Mantequilla, margarina, quesos curados, mermelada y chocolates.
• Puerta (centro). Aderezos, salsas y huevos.
• Puerta (botellero). Agua, leche y zumos.

Una idea para llevar a cabo esta reestructuración es poner un post-it en cada estante con las indicaciones a modo de recordatorio. Además, para consumir de forma eficiente tus alimentos, te aconsejamos apuntar la fecha de cocción en aquellos alimentos ya cocinados o congelados.

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¿Sigues alguna rutina de organización en tu frigorífico? ¡Esperamos tus comentarios!

¡Hasta el próximo post!