La llegada del buen tiempo anima, aún más si cabe, a practicar actividades deportivas al aire libre… especialmente si se trata de hacer running. Por ello, en este post de Detersolín lo haría así quiero centrarme en un elemento imprescindible para cualquier corredor: las zapatillas de running. Si las escoges bien, te ayudarán a prevenir lesiones, a correr con mayor comodidad, optimizar tus resultados e incluso ir más deprisa.

Abróchate los cordones… y toma nota de estos consejos básicos:

1. Adáptalas a tu físico. Para correr no vale cualquier tipo de calzado. Es necesario escoger un modelo específico en función de tu peso y altura, el tipo y arco de pisada del pie (supinador, pronador o neutro) u otras consideraciones físicas, que pueden variar en función de si has tenido alguna lesión, por ejemplo.

2. Adáptalas al terreno. Es importante la pisada… y, por supuesto, también el suelo donde vas a correr. Debes adaptar el modelo de zapatillas en función de la superfície: asfalto, playa, montaña, pista o incluso si lo haces en el gimnasio. En algunos casos, como el trail running, requieren modelos más específicos.

3. Adáptalas a tu ritmo. No es lo mismo entrenar que competir. El nivel y ritmo de tu zancada y la distancia escogida también van a determinar el tipo de zapatillas, que pueden ser de entrenamiento, de competición o mixtas (a medio camino de las dos anteriores).

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¡Hasta el próximo post!